Arte incendiario a la baja
Sobre qué hace el Partenón y, enfrente, la Venus de Milo a punto de ser atropellada por una locomotora que avanza a gran velocidad —según se infiere de la horizontalidad del humo o vapor que suelta la chimenea—, no se me ocurre qué pensar; quizás el fundador de la empresa admiraba a los pintores surrealistas. Eso sí: no se puede negar el impactante efecto pictórico en una caja de cerillas. Por el reverso, en cambio, ya no ponen paisajes del Doctor Atl o a la Mona Lisa, auténticas series dedicadas a pintores o temas que han perdido vigencia para los cerilleros. Vale más anunciar marcas de otros fabricantes o promover el amor filial que ir a la quiebra por amor al arte; además, ya casi nadie coleccionaba las cajitas amarillas y los cerillos sirven igual con o sin Van Gogh en un pedazo de cartón.
**El texto está basado en los Clásicos de Lujo de la compañía cerillera La Central. Pueden checar fotos de las cajitas amarillas en el siguiente link.
<< Home