Historia de un lunar
Tendrías que haberlo mirado en ese entonces, todo coqueto, pequeñito y negro, tan lindo que se veía en el borde del labio. Daban ganas de comérselo a besos como si fuera el postre de chocolate para después de la cena. Le gustaban las visitas de bigotes bien acicalados. Los recibía a diario; todos muy finos y amables. Entonces fue cuando debieras haberlo conocido porque, lo que es después… Uno piensa que la picazón es niñería de un rato. No, si vieras que así empezó, y dale a rascarse y rascarse. Le suspendieron las cremas y los aceites, le prohibieron el labial. Y nada, dale con la picazón, noche y día; y, claro, así como le vino el prurito se le fueron las visitas, cada vez menos y más espaciadas.
///
Fueron tres, tres pelos. Le brotaron así de gruesos y blancos. Parecía alfiletero. Dos recortes por día bastaron por un tiempo. Luego, la sequía, la tristeza y el cansancio cotidianos; la pobreza. Dejó que le crecieran, ya no le importó. Un día, no lo creas, agarró segundo aire. Bigotes visitantes de nuevo; vulgares, más bien desaliñados y amarillentos de tabaco, desparejos. Ahora, uyy, ¿qué te puedo decir?, no me importa que otros lo vean. Yo me afeito, me perfumo, me tiño el mostacho, espero a que termine su trabajo y tome un baño. Lo veo alistarse, para los besos gentiles y mis bigotes parejos. A cambio, no trabajo. Habrías de haberlo conocido: era un lunar muy bien puesto.
Fueron tres, tres pelos. Le brotaron así de gruesos y blancos. Parecía alfiletero. Dos recortes por día bastaron por un tiempo. Luego, la sequía, la tristeza y el cansancio cotidianos; la pobreza. Dejó que le crecieran, ya no le importó. Un día, no lo creas, agarró segundo aire. Bigotes visitantes de nuevo; vulgares, más bien desaliñados y amarillentos de tabaco, desparejos. Ahora, uyy, ¿qué te puedo decir?, no me importa que otros lo vean. Yo me afeito, me perfumo, me tiño el mostacho, espero a que termine su trabajo y tome un baño. Lo veo alistarse, para los besos gentiles y mis bigotes parejos. A cambio, no trabajo. Habrías de haberlo conocido: era un lunar muy bien puesto.
<< Home