Canción peregrina de las portaalizas y de los hortaaviones
De un instante a otro, sin aviso, torneos tortuosos de trompadas y trompicones entre taimados truhanes. Hartos de arteras hortalizas, los antes hortelanos, quienes habían cultivado lechugas orejonas, alcaparras para aviadores de alitas de oro, carilargos, en las pistas de los barcos berenjenas cultivaron. Baratas vendieron las verduras entre las tropas, a dos dólares por marine arrepentido, en especial a los que, volviendo derrotados, iracundos de Irak, irán a Irán con ironía, a nuevamente combatir a bombazos y misiles, trompicones y trompadas, a los pacíficos jeques del petróleo, a lanzarles portaalizas desde sus hortaaviones.
<< Home