La pesadilla del ángel que, sin pensar en las consecuencias, empleó un armadillo como cuña para salvar a un niño de morir aplastado
Todas las noches el ángel soñaba que el animalito le cambiaba el caparazón por las alas, mientras el infante rescatado reía estentóreamente. Al final el ángel despertaba dos veces. La primera vez, como el escuincle burlón al que un día salvó; la segunda, enroscado bajo la enorme roca que comenzaba a aplastarlo.
Este ángel no había podido despertar definitivamente. Algún día lo haría. Mientras tanto, en el cielo le prepararon un cuarto mullido con paredes de nube. Siempre que se echaba a dormir tenía la pesadilla y muy pocas veces recordaba su naturaleza divina. Además empeoró físicamente: primero perdió los dientes y las plumas, después desechó la toga dejando expuesta la miseria de su cuerpo en huesos; su aspecto habría podido enloquecer a cualquiera.
En aquella sección del cielo prohibieron los espejos y los estanques. Al ángel le volvieron a crecer las alas y, en lugar de plumas, un pelaje corto y oscuro. Durante el día duerme y en las noches sale a cazar insectos. Poco a poco ha dejado atrás los malos sueños.
Este ángel no había podido despertar definitivamente. Algún día lo haría. Mientras tanto, en el cielo le prepararon un cuarto mullido con paredes de nube. Siempre que se echaba a dormir tenía la pesadilla y muy pocas veces recordaba su naturaleza divina. Además empeoró físicamente: primero perdió los dientes y las plumas, después desechó la toga dejando expuesta la miseria de su cuerpo en huesos; su aspecto habría podido enloquecer a cualquiera.
En aquella sección del cielo prohibieron los espejos y los estanques. Al ángel le volvieron a crecer las alas y, en lugar de plumas, un pelaje corto y oscuro. Durante el día duerme y en las noches sale a cazar insectos. Poco a poco ha dejado atrás los malos sueños.
***
<< Home