En el jardín
A mí también las palabras me parecen hormigas en procesión ferrocarrilera y la sintaxis el camino que les marca la Academia (esas vías de frío acero) ¡Qué de lujo y maravilla abrir la llave e inundar el jardín reseco! ¡Allá van! Ruedan, se agitan, estremecen sus patitas y antenas: las hormigas panza arriba, bocabajo, bocabeza, entre remolinos de varitas, briznas vegetales cual barquitos; una tormenta aquí, y arriba: ¡cuánto sol!, y ¡qué alegría jugar en el jardín con las letras! ¡Chapotear en el lodo, formar pasteles y hundir los tenis en aquella pasta fría!
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